domingo, julio 09, 2006

19-06-2006
Me tiemblan las piernas. Tengo esa sensación indescriptible en el estómago. Son las 5 de la tarde. No podía quedarme en casa. Voy camino a la playa. Estoy decidido a salir a buscarte. Tengo que atreverme, por mucho que me cueste. Las ganas de verte son tantas que decantan la balanza, y ni yo mismo me creo que voy de camino...
No sé si hoy estarás allí porque es domingo, pero la probabilidad de encontrarte siempre está ahí. No encuentro sitio para dejar el coche. La playa está llena de gente. Me tengo que alejar bastante y termino por dejarlo encima de la acera. Voy corriendo al lugar donde pienso que te encontraré si hoy estás trabajando. Me acerco con el corazón en un puño con más miedo de encontarte que de no encontrarte. Veo a una mujer y me acerco a preguntarle. Me dice que no te conoce, que no le suena tu nombre. Me voy pensando que aunque ella no te conozca eso no significa que no trabajes allí. Seguramente trabajareis por turnos y pasareis varias personas por alli y simplemente ella no habrá coincidido en ningún turno contigo.
Empiezo a andar y pienso que a lo mejor eres una de esas socorristas que se encuentran sentadas arriba de una de esas sillas tan altas mirando al mar. Empiezo a andar por la orilla por toda la playa para fijarme en las personas que se encuentran en lo alto de esas sillas y, mientras voy andando descubro que no hay una, sino varias postas sanitarias.
Me dirijo a otra de las postas y allí me encuentro con una señora muy agradable. Le pregunto por tí y me dice que no le suena tu nombre, pero me dice que me espere un momento y al rato viene con una lista de todos los que trabajais en la playa para ver si estabas en ella. La mujer me explica que es una lista completa, que comprende todos los turnos de trabajo y trabajadores de todas las playas del municipio de Valencia como la de Pinedo, El Perelló, el Saler... porque trabajais a turnos y cada vez os puede tocar en una playa distinta.
Buscamos tu nombre en la lista pero no lo encontramos. Al comentarle el horario que me dijiste que tenías la señora me contestó que eso era imposible, pues ningún trabajador de las playas de Valencia tenía ese horario.
Me despido y me voy pensando que algo no encaja, que tal vez trabajes aquí pero el horario no encaja; y además tampoco estás en las listas...
Descubro que hay 4 postas sanitarias en toda la playa, pero no te veo en ninguna de ellas. Tampoco te veo en ninguna de las sillas vigilando a los bañistas. Ando tanto que cambio de playa, esta ya no pertenece a Valencia. Miro a todos los socorristas que veo en lo alto de sus sillas pero tu no eres ninguna de ellos. También encontré un par de postas pero no obtuve resultado alguno.
Pensé que tenía la información necesaria como para poder encontrarte, pero ahora me doy cuenta que no es tan fácil. Voy a necesitar ayuda de alguien si quiero encontrarte. Alguien que me diga donde estás, donde te encuentras para salir a buscarte.
Y así pasó la tarde del domingo; una tarde de búsqueda, de búsqueda de un deseo promovido por una mezcla de sentimientos que despiertan en mi interior que me originas tú; la búsqueda de un deseo y una necesidad: la necesidad de verte otra vez.
Sin saber si lo voy a conseguir.
"Ahora tendré que salir a buscarte..."

1 Comments:

Blogger Ainhoa said...

Ala, que bonito, has ido en "busqueda y captura" de una chica.... que pena que no la hayas encontrado.... a ver si a la siguiente hay más suerte.. Saludos.

10 julio, 2006 06:33  

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